Andreu Navarra Ordoño
Ocurrió hace casi ocho años. Había
acudido a una jornada sobre edición independiente en casa de Carles Hac Mor,
uno de los pocos poetas irreductibles que van quedando, o más bien debería
decir en el tejado de su casa, puesto que allí trasladaron un sofá, una mesita
y varias sillas para celebrar el evento, al aire libre. Participaron, además de
Hac, Toni Clapés y Jesús Aumatell, de Emboscall, que acaba de iniciar una segunda juventud.
De repente, Aumatell anuncia que va
a leer sus poemas una escritora a quien acaba de publicar, dice, lo mejor que
ha leído en años. Lo confieso. Pensé: “menudo rollo, ahora un recital...” Y es
que el 90% de los recitales que he presenciado me han producido más bien sopor.
Pero aquello fue muy diferente, vaya si fue diferente. Sube al estrado una
chica morena y empieza a leer... no podía dar crédito... empecé a revolverme en
la silla... Aquello no era bueno, era extraordinario, cojonudo, realmente
único.
Yo no conocía persnalmente a Aumatell
y él y la autora se me escaparon. Pensé que podría escribir o llamar a
Emboscall para conseguir ese libro negro. Pero ni pude contactar con Aumatell ni conseguir el libro. Ese libro
negro absolutamente irresistible que ahora puede descargarse de este link: http://www.emboscall.com/prima/hemisferios/hemisferios.htm
La autora era Ximena Holzer, y el libro
se titulaba Hemisferios. Pero eso lo
supe hace un mes. Afortunadamente, los años han corregido mi error. El error de
no retener el nombre de la poeta, ni del título del libro. Lo confieso: es que
no estaba prestando atención. Empecé a hacerlo cuando ya era tarde, cuando
Ximena había empezado ya a recrear hablando, en voz baja, su extraordinaria,
rota, alucinada literatura. Yo creo que para encontrar algo así, una poesía tan
pura y vocacional, tan auténtica, en literatura actual hispánica nos tenemos
que ir a la poesía de Óscar Curieses.
Hace poco fui a la librería Calders,
pregunté por Aumatell y allí estaba él, sonriendo, encuadernando sus propios
libros, con sus propias manos. Porque Aumatell sonríe porque sólo puede sonreír
quien trabaja para sí mismo. Algo que ya explicaba Engels. Es muy distinto
editar para un soplapollas que se gastará el beneficio en safaris que maquetar,
imprimir y encuadernar tus propias creaciones, como hace Aumatell. Por eso
entiendo que sonría y que cuide a su descubrimiento. Y él me comentó que Ximena
acababa de editar un nuevo libro.
¿Qué encontramos en este Viaje de ceniza? La misma existencia
ardida y atomizada de su libro anterior. Las mismas preguntas de luz que
arrasaban su libro anterior: “¿Qué es un muerto?”, “¿Qué hila tu boca / a la
espera de un viento?”, “¿Qué se hace con la piel el muerto?”, “¿Dónde quedó la
mano?”.
Esta poesía es estremecedora. A base
de machacarnos alcanzamos la ternura ante lo que acaba de desmantelarse.
Desnudez extrema. Martillo que no resuena. Ausencia total de rebabas y de
adjetivos.
Ximena
Holzer es una poeta de verdad. No un escritora, ni un postureadora. Sospecho
que su vida se ha incendiado como su escritura, pero esto no compete aquí. Por
eso, sospecho, no sabrá darse el bombo que merece. Quiero decir, escribe y
calla, es persona discreta. Una Carlos Vitale. Lo que hay en su nuevo libro es,
otra vez, muy grande, porque es muy pequeño. Porque es aquel tipo de poesía
recortada sin piedad que nos recuerda al mejor Celan, a Beckett. Holzer aplasta
sus visiones contra la página y consigue un discurso visceral sin declamación.
Un discurso visionario sin escuela, natural e intervencionista. Único.
Publicado en Quimera, 377, Abril 2015.
Hola, estic buscant "Viaje de Ceniza" i no hi ha manera d'aconseguir-lo. El tens en pdf, si us plau? M'he quedat gelat al llegir Hemisferios. Ens trobem davant una poeta molt gran, hermètica i sense pietat.
ResponEliminaHola, no sé quién eres pero muchas gracias por tu comentario. No es posible encontrar Viaje de Ceniza pero si te interesa te lo mando por email. mi correo es ximenaholzer@gmail.com. Un saludo y de veras que me alegra mucho que te guste mi trabajo.
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